Viendo este documental del año 68 y
escuchando a sus protagonistas, se diría que la historia se repite.
Duele ver a trabajadores de la generación
de mis padres, levantándose a horas intempestivas para bajar desde el Carmel o
Verdún, por calles sin urbanizar, hasta llegar a las paradas de los autobuses
que les llevaban al centro de Barcelona, a Plaça Catalunya y a Urquinaona,
donde hacían corrillos esperando a que empresarios sin escrúpulos fueran a
buscarlos, como mano de obra barata, prescindiendo de contratos, convenios o
seguridad social.
Deberían pasar estos documentales por las
televisiones públicas para que nunca olvidemos de dónde venimos y para que
encaremos presente y futuro con menos mezquindad e hipocresía. Es fundamental
que las nuevas generaciones conozcan la historia real, la que vivieron sus
padres y sus abuelos.
[“No se admite personal”. 1968. Antoni Luchetti i Agustí Corominas. Música: Ovidi Montllor]
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