Si no fuera porque la mayoría de los asesinados en
París lo han sido por reírse de los totalitarios enemigos de la sociedad
abierta , no me atrevería a escribir este artículo para
confesar (sin pretender ser absuelto)
que este atentado contra la revista satírica Charlie-Hebdo me recuerda un
viejo relato de ciencia ficción de Clifford D. Simak –
El mundo del Sol rojo – que leí en ‘La
Edad de Oro de la Ciencia Ficción’, una buena antología compilada por Asimov.
En aquel relato futurista, apología de la sátira como
Charlie-Hebdo; como ‘The
Interview’, la película parodia del ridículo
Kim-Jong-un, o como el Chaplin de ‘El Gran Dictador’ y tantos otros, D. Simak,
a través de sus personajes – dos viajeros del tiempo – nos demuestra que la
mejor arma para derrotar al todopoderoso dictador es la risa, la carcajada a su
cara.
En aquel futuro de millones de años en el que el
Sol ya era una reducida estrella roja, un cerebro descomunal – Golan-Kirt - regía
los destinos de toda la humanidad, a la que sometía a su voluntad mediante la
sugestión y el control mental.
Para disfrute del vulgo – ¡cómo no! – demostraba su
poder sometiendo a sus súbditos en mitad de un circo. Pero cuando lo intenta
con los viajeros del tiempo, éstos descubren, sin querer, que lo único que le
afecta y que le impide controlarlos mentalmente es la risa: no soporta que se
rían de él en lugar de temerlo.
Y así fue como lograron minar sus defensas y
provocar la hilaridad de la plebe que veía cómo el gran Golan-Kirt no podía con
dos insignificantes humanos. Plebe que se unió en un coro de risas que acabó
por desarmar al cerebro dictador y permitió a los dos viajeros rematarlo con
sus revólveres.
Y es que el humor – por lo que se ve - es una cosa
muy seria.
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