“Contra Franco se vivía mejor”. Este eslogan que
parafraseaba aquel otro tan odioso de “con Franco se vivía mejor” viene a
cuento de que muchas personas vieron frustradas sus inquietudes reivindicativas
cuando el objetivo univoco de ”luchar
contra la dictadura, contra el régimen” se convirtió en una atomización de las reivindicaciones,
en una dispersión de las fuerzas y en una suerte de tacticismo electoral para
mejorar posiciones en la parrilla del nuevo sistema político.
Desde monárquicos liberales y democristianos hasta
comunistas podían coincidir en objetivos y, por lo que hace a la izquierda,
todos los “ismos” parecían unirse ante el enemigo común. Digo parecían porque
la historia cainita de la izquierda siempre ha estado ahí, más o menos encarnizada.
Salvando las distancias y dejando claro que me
niego a aceptar que la democracia actual sea una especie de dictadura de los
partidos o de las élites – como pregonan algunos -, lo cierto es que la
ciudadanía en este tiempo de crisis ha encontrado su enemigo común: “el sistema", "el régimen”.
Desde los movimientos sociales reconvertidos
en partido (Podemos, Movimiento RED, Guanyem, Equo…) hasta partidos liberales
que se han construido sobre la crítica al partidismo (UPyD, Ciutadans,
Partido X), pasando por opciones políticas de la izquierda plural (IU,
ICV, Compromís, la Chunta…), todos parecen tener en el aval de su posición crítica al sistema toda la legitimidad que niegan a los partidos tradicionales para sacarnos de la crisis económica y política.
Es muy fácil apelar a la unidad de esa izquierda pero ni en la transición ni ahora es - ni será - lo mismo ser anarquista que comunista o socialista, no es lo mismo ser populista que liberal, ni basarse en la asamblea que creer en la representación política. No es lo mismo ser nacionalista que internacionalista, federalista que independentista; estar a favor o estar en contra de la propiedad privada, … En resumen, y es mi opinión, lo que pretenden algunos de estos partidos/movimientos es la cuadratura del círculo.
Es muy fácil apelar a la unidad de esa izquierda pero ni en la transición ni ahora es - ni será - lo mismo ser anarquista que comunista o socialista, no es lo mismo ser populista que liberal, ni basarse en la asamblea que creer en la representación política. No es lo mismo ser nacionalista que internacionalista, federalista que independentista; estar a favor o estar en contra de la propiedad privada, … En resumen, y es mi opinión, lo que pretenden algunos de estos partidos/movimientos es la cuadratura del círculo.