30 mayo 2015

Rebajas BCN

La futura alcaldesa de Barcelona ha anunciado que su sueldo y el de los regidores, directivos eventuales y cargos de confianza se limitará a unos 37.000 euros brutos anuales.

Es absurdo. Del elitismo caro pasamos al populismo barato. Con tanto paro y precariedad es duro decir ciertas verdades pero hay que decirlas.

Igual que no es lógico que haya alcaldes y regidores que cobren más que el jefe del Gobierno, tampoco lo es que el alcalde de Barcelona cobre el sueldo de un técnico medio.

Un cargo electo con responsabilidades y dedicación exclusiva debe tener una retribución acorde a la responsabilidad que ostente (ni más ni menos) y luego, si quiere, que renuncie a una parte o a todo o que lo ceda a una ONG, pero lo que no puede ser es que los responsables de un ámbito de gestión política cobren mucho menos que los técnicos y directivos de ese mismo ámbito.

Este mercadillo de ocurrencias políticas en el que estamos inmersos puede tener efectos contrarios: Si el alcalde con dedicación exclusiva cobra 37.000€ brutos años y está bien pagado, ¿por qué cientos de empleados de esa administración deben cobrar más? Yo de los sindicatos de Barcelona me empezaría a preocupar.

Y ahora la diré más gorda. En el régimen franquista los alcaldes y regidores no cobraban. ¿Y eran mejores por eso?

Para evitar excesos - a parte de la fiscalización de la ciudadanía y de los órganos de participación de los ayuntamientos - la ley establece, a partir del 1 de julio, las limitaciones salariales de los cargos electos por tramos de población. La reforma de la Ley reguladora de bases de régimen local (LRBRL) es muy criticable por el recorte de autonomía de los municipios y por la intervención de facto por parte del Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas pero hay que reconocer que, en cuanto a intentar poner orden en el número de electos con retribución y al límite de las retribuciones, era una necesidad que reclamaba a gritos la ciudadanía.

Un poco de seriedad y de sentido común, por favor.